Un dibujo interrumpido por una conversación. Dejo los colores para un luego que nunca llega.
Flores entre tomateras secas.
Bichos (podría ser pulgón a falta de un diasnóstico experto) en los girasoles. Parece que están ya débiles, aunque esto ya lo llevo diciendo unas semanas, y ahí siguen.
Cediendo, desmontándose, cayendo.
Ropa, sucia, pero ropa.
Dos asientos sui generis.
Y una J dibujada dentro de la tapa del cubo de basura. Extraña forma de marcar territorio.